¿Alguna vez escuchaste hablar de la intersexualidad?
Es común que al escuchar la palabra “intersexual” la misma sea considerada como sinónimo de “hermafrodita”, pero no significan lo mismo y es preciso para comenzar hacer una diferenciación entre ambos conceptos.
Ser hermafrodita implica tener órganos reproductivos tanto masculinos como femeninos que se encuentran integrados permitiendo que ambos tengan capacidad reproductiva. Esto quiere decir decir que un hermafrodita puede producir gametos (células reproductoras) masculinos y femeninos. Esta condición suele aparecer en animales invertebrados como peces e insectos y en las plantas y si bien algunos seres pueden fecundarse a sí mismos, en la mayoría de los casos se necesita de otro ser para reproducirse. Existen dos tipos de hermafroditismo:
-Secuencial: en el que se incluyen las especies que nacen con un sexo específico y en la adultez lo cambian al otro, es decir que depende de los períodos en que tienen actividad sexual.
-Simultáneo: en el que se incluyen los seres vivos que cuentan con ambos órganos sexuales y pueden alternar según la necesidad, por ejemplo si un ser encuentra para procrear a un individuo macho, podrá utilizar sus órganos femeninos y viceversa. Aquí los órganos de uno de los dos sexos se activa en un momento particular mientras que los órganos del otro sexo permanecen inactivos.
Ahora bien, la intersexualidad hace referencia a aquellas personas que han nacido con una variación corporal que hace que la anatomía de sus órganos sexuales no se ajuste a lo considerado masculino y femenino. La diferencia con los seres hermafroditas es que si bien los intersexuales tienen una combinación de ambos órganos sexuales, sólo pueden producir un único gameto, es decir, podrán producir espermatozoides u óvulos, pero no ambos.
En la intersexualidad la información genética produce variaciones que pueden verse expresadas en el funcionamiento hormonal, la conformación de las gónadas, el aparato reproductor, la forma de los genitales y/o las características sexuales. Según estadísticas de la OMS (Organización Mundial de la Salud) nace 1 de cada 2.000 personas con esta condición y cerca del 1% de la población mundial tiene alguno de los 50 síndromes asociados a la intersexualidad.
La variación de los órganos a veces puede observarse a simple vista en el momento del nacimiento, pero otras veces, se descubre en la pubertad o incluso después. Dichas variaciones pueden ser: poseer vulva y vagina pero carecer de útero y ovarios; tener un órgano sexual intermedio entre el clítoris y el pene (clitoris muy largo o pene pequeño); poseer órganos sexuales femeninos pero cromosomas masculinos; entre otras.
Muchas veces estos casos pasan desapercibidos hasta la pubertad cuando por ejemplo, una persona en apariencia de sexo femenino no menstrua y se descubre que no tiene canal vaginal u óvulos, o cuando un individuo que posee pene comienza a menstruar porque en su interior tiene óvulos.
Lo más común es que se lxs someta a varias cirugías genitales y/o tratamientos hormonales desde que son bebés. Para decidir si corresponde o no una cirugía, lxs médicos usan como referencia una regla falométrica. Si un clítoris mide menos de 3 cm será considerado aceptable y si un pene mide más de 3 cm también. ¿Pero qué sucede si un clítoris mide más de 3 cm o un pene menos que eso? En estos casos los médicos recomiendan la cirugía, ya que la función que ellos le atribuyen a la sexualidad es la reproducción y por ende las características físicas aceptables serán aquellas que permitan un coito vaginal. Si un pene mide menos de 3 cm no podrá penetrar a una mujer y entonces ese niño no califica para ser aceptado en la categoría de masculino. Por su lado, un clítoris con más de 3 cm es inaceptable porque no cumple con el aspecto -estético- “permitido” y porque incluso puede ser utilizado para la penetración, función que “no le corresponde” a la mujer.
Es en base a estos criterios que lxs médicxs y la familia deciden qué sexo atribuirle al niño: le hacen cirugías, le ponen un nombre masculino o femenino según corresponda y lx crían en base a los códigos sociales establecidos.
Las cirugías de las que estamos hablando son muy complejas y cruentas. Suelen implicar la mutilación de los órganos sexuales o la reconstrucción de los mismos a partir de piel y/u órganos del cuerpo, como la construcción del canal uretral en el pene y la construcción del conducto vaginal.
El problema es que claramente estos tratamientos se realizan sin tener en cuenta la subjetividad ni voluntad del niñx. Es por eso que hace varios años el movimiento LGBTIQ ha comenzado a proclamarse contra las cirugías a personas recién nacidas. Denuncian que las mismas son realizadas sin consentimiento y cuestionan la intención de normalizar los cuerpos según criterios sociales. Es que, a menos que los órganos no estén bien desarrollados y la persona corra riesgo de contraer cáncer, o que los órganos internos se hayan externalizado, las cirugías no revisten urgencia médica.
Muchas personas que han sido operadas y criadas según los parámetros del sexo asignado, durante el crecimiento comienzan a percibirse según el otro género y resulta muy angustiante no poder hacer uso de sus genitales porque alguien ha decidido extraérselos o construirle otros. Por otro lado, las personas que no han sido operadas si bien no han padecido el sufrimiento físico ligado a las cirugías, padecen la discriminación y la presión de tener que pertenecer a alguno de los dos géneros, masculino o femenino. La sociedad y la medicina establecen que no se puede ser un hombre si no se tiene pene y que no se puede ser una mujer si no se tiene vagina. Las personas intersexuales quedan entonces excluidas y sin identidad.
Uno de los factores que más afecta a las personas intersexuales es la discriminación. Cuando unx niñx recibe burlas o cuestionamientos en el colegio y/o en la familia, aún no posee las herramientas para responder a la agresión o a comentarios hirientes. El maltrato en el colegio, tanto por parte de sus compañerxs como de docentes, lleva a que muchxs abandonen sus estudios. Al hablar de maltrato no nos referimos únicamente a las burlas, sino al ser llamados con un nombre que no sienten propio y a no tener en cuenta la subjetividad y necesidad del alumnx.
Otro factor que puede afectar negativamente a un niñx intersexual es el "secretismo". El mismo consiste en hacer todo lo posible para que el niñx nunca sepa que nació con otro sexo. Se le enseña a no hablar de las operaciones con nadie y se le esconden fotos y documentos donde pueda aparecer su nombre original. A esto se le suma que estxs niñxs son tocados desde muy pequeños y debido al “secretismo” aprenden a no hablar con la gente sobre estos temas y a mantener todo lo que respecta a la genitalidad como un secreto, convirtiéndolos más fácilmente en víctimas de abuso sexual.
Todo esto genera que además del padecimiento físico que implica tener cirugías tan complejas y tratamientos hormonales durante casi toda la infancia, haya un padecimiento psicológico vinculado a diversos aspectos: la dificultad de comprender lo que sucede; el ser discriminadxs, excluidxs e incomprendidxs; el tener que asistir a muchísimas consultas médicas; el tener que sufrir en silencio; el tener dificultad para conseguir trabajo y ser aceptadxs por sus pares; el sufrir abusos sexuales; el adoptar un género impuesto por otrxs; el construir una identidad y una orientación sexual en base a normas sociales; entre otrxs.
Es importante poder conversar e informarnos sobre estos temas. Hablar sin temor con lxs niñxs, enseñarles sobre sus cuerpos, darles lugar a su subjetividad y permitirles elegir libremente su sexualidad, ayudarlxs a obtener información cuando la soliciten, acompañarlxs a las consultas médicas y respetar su voluntad.
Si sos padre de un niño intersexual podés buscar contención y consejo en grupos de padres con hijxs intersexuales y también podés hacer que tu hijx conozca niñxs como él.
Si sos intersexual y te sentís angustiadx, insegurx o con temor, es importante que busques contención con tus seres queridos y, si lo deseás, que puedas iniciar tratamiento psicológico.
Hablemos un poco de género..
Hay muchos temas que a veces creemos que todxs saben ¡pero no! Por eso creemos que es importante empezar a adentrarnos en ciertos conceptos que muchas veces manejamos sin saber bien qué significan. Hoy queremos hablar de las diferencias conceptuales entre sexo y género.
Sexo biológico: son los atributos anatómicos y fisiológicos objetivamente observables o mensurables (pene, vagina, cromosomas, hormonas, entre otros) que identifican al hombre, a la mujer y los intersexuales (a quienes desde pequeñxs se les obliga a asumir un género definido).
Género: es una construcción social, binaria (hombre/mujer) que suele relacionarse con el sexo biológico. Es un rol socio-sexual que vamos adquiriendo y construyendo en nuestra vida. Es lo que la sociedad nos enseña que debe ser un hombre y una mujer esperando que actuemos conforme a ello.
Identidad de género: se relaciona con la forma en que una persona elige vivir su vida según su forma de sentir. Puede o no corresponder con el sexo biológico con el que la persona nació.
Expresión de género: se refiere a cómo nos mostramos frente a lxs demás a través de nuestro nombre, nuestra vestimenta, comportamientos, entre otros.
Orientación sexual: es la atracción física, erótica, emocional y afectiva que sentimos por otra persona hacia quien le dirigimos entonces nuestros deseos, fantasías y sentimientos.
La sexualidad es un tema tabú que genera miedo, vergüenza e incertidumbre a pesar de que todxs nos vemos atravesadxs por ella. Consideramos que la educación sexual integral (ESI) en los colegios y en las familias es muy importante para ayudar a la construcción de la identidad sexual de lxs niñxs, la cual comienza a temprana edad. Muchas veces el temor a lo desconocido y el deseo de que unx niñx se ajuste a la norma genera violencia, discriminación y aislamiento de sus pares, docentes, directivos y/o familiares, provocando en esx niñx angustia, desconcierto y rechazo hacia sí mismx.
La ESI también ayuda a evitar casos de abuso dado que brinda mayor conocimiento sobre sus cuerpos y psiquis.
¿Conocías estas definiciones? ¿Pensás que tener esta información desde temprana edad te hubiera ayudado durante el crecimiento?